Con la adopción del Sistema Seguro, el equilibrio entre movilidad y seguridad con el que se establecen los límites de velocidad pasa a ser sustituido por el concepto de velocidad segura, definida como aquella que, en caso de siniestro, asegura que la probabilidad de lesiones a las personas implicadas no supere un determinado umbral. Un resumen reciente de los valores generalmente aceptados como velocidades seguras en los escenarios habituales en los distintos tipos de vías lo encontramos en el seminario sobre gestión de la velocidad celebrado en 2020 por la Comisión Europea.
Este concepto de velocidad segura es el que ha llevado a reducir el límite de velocidad genérico a 90 km/h en las carreteras convencionales anteriormente limitadas a 100 km/h; así como a 30 km/h en las vías urbanas con un solo carril y 20 km/h en las zonas de convivencia de vehículos motorizados y colectivos o medios vulnerables.