Diferentes organismos y países han formulado los principios del Sistema Seguro de maneras distintas, aunque pueden encontrase en estas formulaciones muchos elementos comunes. Un grupo de expertos reunido por el Foro Internacional del Transporte identificó cuatro principios fundamentales:
- Principio de falibilidad: las personas cometen errores que pueden provocar siniestros.
- Principio de vulnerabilidad: el cuerpo humano tiene una capacidad limitada de tolerar la fuerza de un impacto sin que se produzcan lesiones.
- Principio de responsabilidad compartida: existe una responsabilidad compartida entre quienes diseñan, construyen, gestionan y usan las carreteras y vehículos, así como quienes proporcionan la respuesta posaccidente.
- Principio de enfoque integral o de redundancia: todas las partes del sistema deben ser reforzadas para multiplicar sus efectos, de forma que, si una de las partes falla, las personas continúen protegidas.
Estos cuatro principios están, en gran medida, inspirados en los principios utilizados en la seguridad industrial y en otros modos de transporte. Es precisamente la comparación con estos otros ámbitos la que ha llevado a algunos expertos a afirmar que el transporte por carretera es “inherentemente inseguro”. Esto no es tanto una crítica como una constatación de que en nuestras carreteras y calles admitimos situaciones y niveles de riesgo que resultarían inadmisibles en la industria, el ferrocarril o el transporte aéreo.
Los expertos del Foro Internacional del Transporte indican también que un elemento común en los mejores ejemplos de Sistema Seguro es la proactividad. La gestión tradicional de la seguridad vial se ha basado en identificar elementos del sistema —tramos de carretera, vehículos, personas conductoras— donde se concentren siniestros y adoptar medidas para eliminar esas concentraciones. El Sistema Seguro reconoce que los siniestros pueden ocurrir y, de hecho, ocurren en todas partes, lo que exige un enfoque proactivo con el que adelantarse a los siniestros y sus consecuencias. La pregunta relevante no es tanto ¿ha tenido este tramo de carretera muchos siniestros en el pasado?, sino ¿cómo podemos evitar que los tenga en el futuro?
El Sistema Seguro supone también una reevaluación de los conceptos de causa y responsabilidad. Tradicionalmente, la causa de los siniestros se ha buscado en los comportamientos, infracciones o errores de las personas implicadas. En el Sistema Seguro, muchos de los errores previos al siniestro son vistos no como causas, sino como consecuencias del diseño del sistema; por ejemplo, una mala elección de la velocidad puede estar relacionada con la ausencia de información y control, las condiciones de trabajo de la persona conductora, la falta de sistemas inteligentes en el vehículo o la configuración de la vía. La definición de causa en el Sistema Seguro parte de un enfoque preventivo y pretende responder a la siguiente pregunta: ¿cómo se hubiera evitado el siniestro o mitigado sus consecuencias? De esta forma, causa es todo aquel factor que con su presencia o ausencia hubiera evitado el siniestro, reducido su probabilidad de ocurrencia o disminuido sus consecuencias; por ejemplo, la ausencia de un sistema de seguridad en el vehículo que hubiera podido evitar el siniestro se entiende como causa de este. Algunos autores utilizan el concepto de potencial de mejora para referirse a esta acepción de causa.
Ante la existencia de un riesgo cierto y constatable, el Sistema Seguro propugna los enfoques:
- la eliminación del riesgo mediante elementos físicos
- la minimización del número de situaciones en las que se presenta el riesgo
- la mitigación de sus consecuencias